El tiempo no lo cura, el tiempo aumenta la ansiedad y la desesperación. El tiempo únicamente hace que te preguntes cómo sigues viva después de tantos días, después de tantos besos que debieron darse y no se dieron. El tiempo y la distancia no son la solución a nada cuando una persona está presente justo ahí, donde tanto duele, clavado en el corazón con una sensación de vacío en el estómago.
Cuando vio que me alejaba corrió detrás de mí y en un intento desesperado por retenerme, preguntó ¿qué quieres que haga? Yo no dije nada, sólo me alejé, tal como él lo había hecho siempre. ¿Qué quería? ¡Él sabía perfectamente lo que yo quería! Quería sentirme amada, quería las canciones románticas, las rosas rojas, las llamadas inesperadas, las fotos, las cartas, la cursilería; quería su atención, que me demostrara que me amaba y no que sólo lo escribiera al despedirse de mí. ¿Por qué tendría que pedirle que lo hiciera? El amor cuando se siente se demuestra, se grita al mundo, se cultiva con pequeños detalles cada día. Yo no quería pedirle amor, jamás lo haría, y nadie debería tener que hacerlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario